FUNDADOR DE LA ORDEN DE PREDICADORES (DOMINICOS)
Domingo de Guzmán (Caleruega, Burgos; 1170- Bolonia, Sacro Imperio Romano Germánico, 6 de agosto de 1221) fue un presbítero castellano y santo católico, fundador de la Orden de Predicadores, más conocidos como dominicos.
Nombre: Domingo de Guzmán
Nacimiento: 8 de agosto de 1170ju., Caleruega, Reino de Castilla
Padres: Félix Núñez de Guzmán y santa Juana de Aza
Fallecimiento: 6 de agosto de 1221jul., Bolonia, Sacro Imperio Romano Germánico
Canonización: 1234 por el papa Gregorio IX
Orden religiosa: Orden de Predicadores o Dominicos
BIOGRAFÍA
Domingo de Guzmán nació en Caleruega (provincia de Burgos en España), hacia el año 1170. Sus padres fueron Félix Núñez de Guzmán (el Venerable Félix) y Juana Garcés (llamada comúnmente santa Juana de Aza, beatificada en 1828). Domingo tuvo dos hermanos mayores, Antonio y el beato Manés (este último, fue uno de los primeros beatos dominicos).
De los siete a los catorce años (1176-1184), bajo la preceptoría de su tío el arcipreste de Gumiel de Izán, Gonzalo de Aza, recibió esmerada formación moral y cultural. En este tiempo, transcurrido en su mayor parte en Gumiel de Izán, despertó su vocación hacia el estado eclesiástico.
De los catorce a los veintiocho (1184-1198) vivió en Palencia; estudiando artes (humanidades superiores y filosofía); cuatro, teología; y otros cuatro como profesor de las escuelas catedralicias de Palencia (que en 1208 serían convertidas en Estudio General).
Al terminar la carrera de artes en 1190, recibida la tonsura, se hizo canónigo regular en la catedral de Osma. Fue en el año 1191, ya en Palencia, cuando vende sus libros para aliviar a los pobres del hambre que asolaba Castilla. Al concluir la teología en 1194, se ordenó sacerdote y fue nombrado regente de la Cátedra de Sagrada Escritura en las Escuelas.
Al finalizar sus cuatro cursos de Docencia y Magisterio Universitario, con veintiocho años de edad, se recogió en su cabildo, luego el obispo le encomienda la presidencia de la comunidad de canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de Vicario General de la misma.
En 1205, por encargo del rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al obispo de Osma, monseñor Diego de Acebes, como embajador extraordinario para concertar en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando. Con este motivo, realizó viajes a Dinamarca y a ROMA, y durante ellos se decidió su destino y se aclaró definitivamente su ya antigua vocación misionera. Convencido de que los herejes cátaros debían ser convertidos al catolicismo, comenzó a formar el movimiento de predicadores. De acuerdo con el papa Inocencio III, en 1206, al terminar las embajadas se estableció en el Languedoc como predicador entre los cátaros, y en 1206 establece una primera casa femenina en Prouille. Rehusó los obispados de Conserans, Béziers y Cominges, para los que había sido elegido canónicamente.
LA CASA DE SANTO DOMINGO EN TOLOSA
Domingo de Guzmán vio la necesidad de un nuevo tipo de organización para enfrentar las necesidades de su tiempo, uno que mantendría la dedicación y la educación sistemática de las anteriores órdenes monásticas para influir en los problemas religiosos de la población, pero con más flexibilidad de organización que las otras órdenes monásticas o la clerecía secular.
Para predicar la doctrina católica entre los cátaros, en 1215 establece en Tolosa la primera casa masculina de su Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella, quien con Tomás de Tolosa se asocia a su obra. En septiembre del mismo año llega de nuevo a Roma en segundo viaje, acompañando al obispo de Tolosa, monseñor Fulco, para asistir al cuarto Concilio de Letrán y solicitar del papa la aprobación de su orden como organización religiosa de canónigos regulares. De regreso de Roma elige con sus compañeros la regla de San Agustín para su orden y, en septiembre de 1216, vuelve en un tercer viaje a Roma llevando consigo la regla de San Agustín y un primer proyecto de constituciones para su orden. El 22 de diciembre de 1216 recibe del papa Honorio III la bula Religiosam Vitam por la que confirma la Orden de Predicadores.
Al año siguiente retorna a Francia y en el mes de agosto dispersa a sus frailes; envía cuatro a España y tres a París, y él decide marchar a Roma. Se dice que allí se manifiesta su poder taumatúrgico con numerosos milagros y se acrecienta de modo extraordinario el número de sus frailes. Meses después enviará los primeros frailes a Bolonia. A finales de 1218 regresa a Castilla a recorrer Segovia, Madrid y Guadalajara.
Por mandato del papa Honorio III, en un quinto viaje a Roma, reúne en el convento de San Sixto a las monjas dispersas por los distintos monasterios de la ciudad para obtener para los frailes el convento y la Iglesia de Santa Sabina.
En la fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la orden, celebrado en Bolonia. En él se redacta la segunda parte de las constituciones. Un año después, en el siguiente capítulo celebrado también en Bolonia, se acordará la creación de ocho provincias.
Con su orden claramente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado físicamente, fallece el 6 de agosto de (1221) tras una breve enfermedad, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia. Sus restos permanecen sepultados en la basílica de Santo Domingo de esa ciudad. En 1234 el papa Gregorio IX lo canonizó. La Iglesia católica celebra su fiesta el 8 de agosto.
La ciudad capital de la República Dominicana (Santo Domingo de Guzmán) lleva ese nombre en su honor.
PRIMERA MANIFESTACIÓN DEL ROSARIO
La leyenda narra que Domingo de Guzmán contaba que veía a la Virgen sosteniendo en su mano un rosario y que le enseñó a rezarlo. Le instruyó que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. El santo se levantó muy consolado y abrasado en celo por el bien de estos pueblos, entró en la Catedral y en ese momento sonaron las campanas para reunir a los habitantes. Sin embargo el Rosario como tal fue estructurado por Domingo de Prusia con base a una oración con cuentas utilizado en el catolicismo alrededor del año 800. En los monasterios se acostumbraba recitar los 150 salmos en la Liturgia de las Horas, pero a los fieles que no eran sacerdotes ni monjes, al no poder seguir esta devoción (porque en su mayoría no sabía leer) se les enseñó una práctica más sencilla: la de recitar 150 avemarías. Esta devoción tomó el nombre de "el salterio de la Virgen". La práctica de meditar ciertos misterios concretos que son esenciales a la devoción del Rosario hoy día parecen haber nacido mucho tiempo después de la muerte de Santo Domingo de Guzmán y la introducción de esta meditación durante el rezo parecen más atribuibles a un monje cartujo, Domingo de Prusia. Fue el fraile dominico Alano de Rupe alrededor de los años 1470-75 quien primero promocionó la devoción del Salterio de Nuestra Señora (las ciento cincuenta Ave Marías) como revelado por Nuestra Señora a Santo Domingo de Guzmán al confundir a los dos Domingos. Alano era un hombre serio y devoto pero la historia lo define también como lleno de alucinaciones quien basó sus revelaciones en testimonios escritos que nunca existieron sobre la existencia del Rosario en tiempos de Santo Domingo. Sin embargo sus predicaciones tuvieron un gran auge en la promoción y difusión del Santo Rosario.
Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf
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