sábado, 16 de noviembre de 2019

(27) La mujer cátara

PROTOFEMINISMO ENTRE LOS CÁTAROS

No sería justo eludir el importante papel de la mujer cátara en esta sociedad tan patriarcal y misógina como lo fue la de la Edad Media a pesar de la escasa documentación que sobre este tema ha llegado hasta nosotros. Todo ello debido a la limitada atención de que eran objeto las mujeres, relegándolas al papel que se les imponía en una sociedad donde el feminismo era valorado únicamente por su papel reproductivo y la sumisión al hombre, al que debían obedecer y someterse en todo momento.

Como mucho, la mujer  era la dueña de su casa de puertas a dentro, sin participar en las decisiones familiares, que estaban supeditadas al padre de la familia, cuando no a un hermano, o siguiendo dicha sumisión, al marido. No obstante. entre las familias de cierto rango, la mujer podía aspirar al matrimonio, o bien al ingreso en alguna orden religiosa, como último recurso, en caso de verse abocada a la soltería.

Todas estas particularidades han sido reflejadas gracias a la documentación existente por parte de la Inquisición y otros estamentos eclesiásticos de la Iglesia que, sin ser especialmente abundantes, sí se hallan en mayor medida al ser comparados con los obtenidos a través de los propios cátaros, dado lo limitada de la documentación conservada por ellos y que pudo llegar hasta nuestros días.

Cabe resaltar las investigaciones modernas actuales, en donde empieza a despuntar un mayor interés sobre estos temas, frenados siempre por el desapego hacia la mujer, no dándoles tanta importancia con respecto al hombre, por lo que muchos historiadores han pasado de puntillas sobre ello.

Aun así, existen autores que sí se han atrevido en dar a conocer por medio de sus trabajos, las particularidades de las distintas mujeres que influyeron en la vida social del Medievo y en especial del mundo cátaro, dándoles la importancia que el feminismo se merecía.

Cabe destacar a prestigiosos historiadores, estudiosos en el tema de la mujer tanto en el catarismo como temas afines a ellos:

. - René Nelli, en su obra “Los cátaros en el Languedoc en el siglo XIII.

. - Paul Labal “Los cátaros, herejía y crisis”.

. - Anne Brenón, paleóloga eminente, fundadora de la revista “Heresis”, perteneciendo entre los años 1982 al 1998, a la institución “Centre nacional d’études cathares René Nelli” y profesora de la “Universidad de Warwick de Coventry (Reino Unido) y siendo autora de una publicación el año 1997 en “El mundo de los trovadores”.

Las mujeres cátaras gozaban al igual que los hombres del privilegio de ser “perfectas” con el nombre de “buenas damas” pudiendo administrar los sacramentos propios del catarismo como el “consolamentum” o bien el “melioramentum”, bendición que se otorgaba para un “buen final” en el ocaso físico de algún fiel cátaro.

Existen en la actualidad estudios dedicados a las “buenas damas” sobre las cuales se ha descrito la gran importancia que tuvieron muchas de estas mujeres. Entre los autores de estos modernos descriptivos femeninos se encuentran

. - Nariri Mertinengo en su obrs “Las trovadoras poetisas del amor cortés” (1997)

. - Anne Brenon, ya nombrada más al principio, con su obra “Las mujeres cátaras” donde la misma autora, ya hace revelaciones en la existencia de mujeres organizadas en obispados, formando comunidades femeninas reunidas en conventos, así como las sedes de diáconos, en sitios muy concretos como lo fueron Carcasona, Albí, Tolosa o Limoux.

La imagen de igualdad de la mujer con respecto al hombre nos viene dada por el autor Jean-Claude Genel (1999), matizando no obstante en la diferenciación con que se hace en la actualidad. Se da también una breve pincelada en la afirmación de que las mujeres disfrutaban de igualdad de derechos y obligaciones que los hombres.

Se hacía patente la importancia que relacionaba a las mujeres cátaras y los trovadores, personajes que idealizaban a éstas a veces sublimemente en referencia al “amor cortés” y dando gran importancia al amor virtuoso, ya como amor cortesano. Con ello se fue desarrollando una relación mujer-trovador, la cual  exigía un amor libre y puro, desprendiéndose por otra parte de la pecaminosa carne tanto dentro del matrimonio como fuera de él, tal y como era concebido por la doctrina cátara, con la libertad de pecar según el catarismo o amar según los trovadores, sintiendo la libertad sin ataduras en las mujeres cátaras. Por otra parte no podían existir grandes ataduras de estas mujeres hacia los trovadores, al ser éstos unos personajes en continuo movimiento, de castillo en castillo, en los cuales, además del amor cortés, también cantaban las historias y noticias que se producían en toda la geografía por ellos recorrida. En fin, que en cierta manera eran los telediarios de la época.
De todas formas existe un debate, en el cual muchos historiadores ponen en duda que la igualdad de las mujeres respecto al hombre dentro del catarismo no era de una manera total y absoluta y que seguía existiendo un cierto misogismo que impedía, por decirlo así, una integración femenina igualitaria. Si bien es verdad que las mujeres de la alta sociedad, tenían unas facilidades más amplias entre las clases inferiores a ellas.

Destacaremos una serie de personajes femeninos, de los que nos hablan historiadoras como María Milagros Rivera, en su obra “La diferencia sexual en la historia (2005), o historiadores como A. Guirdham en su “La gran herejía” (998) donde trata este tema del feminismo.

En otro apartado sobre este interesante tema de la mujer cátara, conoceremos varias de estas cátara que, aun a riesgo de sus vidas y contra cierta oposición dentro y fuera (sobre todo), de la herejía cátara, supieron hacerse valer y aun a contribuir en la comunidad cátara con un papel tan importante, y en ocasiones decisivo, como pudiera tener sus homólogos masculinos.

Este conjunto de mujeres cátaras, por su relevancia especial han podido significarse y obtener su reconocimiento histórico serian:

. - Beatriz de Plannisoles
. - Esclaramonda de Foix
. - Loba de Pennautier.
INFLUENCIA DE LA MUJER CÁTARA

Existen grandes diferencias entre la mujer cátara y el resto de las mujeres en la Edad Media, dado que la preponderancia masculina era total en toda Europa y donde tan sólo en la nobleza  podían sobresalir y ejercer algún tipo de influencia destacable, siempre con las limitaciones que la Iglesia y autoridades políticas compuestas por hombres, permitiesen.

Aunque los cátaros consideraban el amor carnal pecaminoso y posesionado por el demonio, la cosa cambiaba si era creyente, y la mujer cátara en ese caso, tenía una libertad en el aspecto sexual casi ilimitada, pudiendo incluso insinuarse a un hombre y hasta seducirlo a fin de casarse con él, si era objeto de su deseo.

Los jueces de la Inquisición se escandalizaban, cuando las mujeres cátaras, hacían declaraciones de sus acciones carnales, dirigidas hacia los hombres; no les cabía en la cabeza que ninguna mujer pudiera tener tan grandes libertades.

Los cátaros provenzales, además de cantar todo tipo de historias sobre los sucesos cotidianos, contaban historias galantes y amatorias entre caballeros y damas, por lo que practicar el amor de una mujer cátara con el marido, o bien con otro hombre a la vez, no era considerado pecado.

En la Edad Media era completamente normal, tanto para la mujer cátara como la cristiana, la vida en común de los señores con sus hijos, criados o invitados en sus castillos, donde normalmente utilizaban la misma sala para comer, hacer vida normal y dormir en la noche al igual que para los campesinos, en el campo o en las ciudades, donde la promiscuidad era algo normal, y la vida sexual era contemplada tanto por los hijos como el resto de la gente, como un acto natural.

De esta forma más o menos encubierta, existían las aventuras sexuales, a modo de huida de la realidad que representaba la rigidez represiva e intolerancia del cristianismo aunque para la mujer cátara no existía tal secretismo, puesto que su religión lo toleraba explícitamente. .

En la Edad Media, cuando el marido se ausentaba, para trabajar, cazar, o ir a la guerra, dejaba a su mujer al cuidado de varias damas, a fin de que no fuera violada por algún amigo o pariente de la misma casa, pues era creencia común que a la mujer le producía un gran gozo el acto de ser forzada, por lo que existían algunos maridos que en casos excepcionales de violación, les cortaban la cabeza a su esposa.

Se dió el caso en el siglo XIII, en Carcasona, que una mujer cátara apodada “Loba de Pennautier”, esposa de Jourdain de Cabaret, que se separó de él, pero debió aceptarlo inmediatamente por las fuertes presiones de la Iglesia romana, por lo que optó por acostarse con varios amantes tales como Pierre-Roger de Mirepoix, Bertrán de Saissac, y Aimeric de Montreal, con quienes tuvo varios hijos.
La religión cátara de los “Buenos Hombres” determinaba que el atractivo físico era cosa del diablo, que debía evitarse. No obstante, si se trataba de una mujer cátara, le permitían esa clase de intimidades, siempre y cuando se arrepintiese posteriormente.

Tenían los cátaros fama de artesanos, por lo que proliferaban talleres, regidos por ellos, donde trabajaban tanto hombres como mujeres cátaras, con sueldos mas altos que los talleres cristianos, y donde podían meditar, al tener menos horas de trabajo y en horarios flexibles, incluyéndose la comida. To esto contrastabs con el sistema cristiano, en el que las mujeres,  si estaban enfermas  no cobraban su sueldo e incluso eran substituidas por otras, siendo por este motivo, un gran incentivo para la atracción de creyentes hacia la causa cátara.

La mujer cátara podía ser nombrada Perfecta, en un principio reservada a las clases nobles, primero con preferencia de las viudas, con derecho a estar acompañadas de sus hijas, sobrinas y amigas, que fueran solteras, y constituyendo así las mujeres cátaras Perfectas, una especie de matriarcado, gozando de igualdad con respecto a los hombres, como una forma de integrarse en una sociedad equitativa y contrastando así fuertemente con el mundo cristiano, que mantenía a la mujer en un escalón muy inferior

La mujer cátara nombrada Perfecta, podía incluso dar el “Consolamentum” a los moribundos, no obstante no se les permitía acceder a un estatus superior como sería el diaconado u obispado. Sus ocupaciones principales y preferentes eran trabajar como enfermeras, educadoras de las jóvenes de buenas familias, artesanas o incluso directoras de esos mismos talleres, aun así, tampoco tuvieron la “liberalidad” alcanzada en los tiempos actuales.

Como privilegio para una mujer cátara, de la misma manera que para el hombre, era la creencia que tras la muerte, y en función de la “metempsicosis” reencarnación, se transformarían en asexuados, bien pudiendo escoger la mujer cátara, ser hombre, o ser mujer.
(Texto extraído, corregido y adaptado de loscataros.com "Jesús Pinuaga de Madariaga".) 


Fuentes: Wikipedia, loscataros.com, Afm Elierf
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