viernes, 15 de noviembre de 2019

(16B) Inocencio III, Papa

Lucha contra los herejes y los infieles

En su celo por expurgar el cristianismo, convocó la Cruzada albigense, impulsó la Cuarta Cruzada a Tierra Santa en el año 1202, la cruzada contra los almohades en tierras hispanas de 1212 y promovió la Cruzada de los niños, en total cuatro cruzadas.

En la Cuarta Cruzada, los enredos de Venecia, uno de los principales financistas de la expedición, llevó a los cruzados a tomar primero la ciudad de Zara, enclave bizantino en la costa de Dalmacia, y después saquear dos veces la ciudad de Constantinopla en 1204, todo esto pese a las excomuniones que Inocencio fulminó contra los cruzados, por haber vuelto las armas que debían ser dirigidas contra los musulmanes, y no hacia hermanos cristianos.


Ante el problema de los cátaros, Inocencio envió a varios legados, y autorizó las prédicas del español Santo Domingo de Guzmán, para tratar de reconvertirlos. En enero de 1208, el asesinato de Pierre de Castelnau, legado pontificio en el sur de Francia, precipita los acontecimientos. Inocencio llama a la Cruzada para extirpar la herejía, dando origen así a la Cruzada Albigense. Aunque habrá núcleos de resistencia hasta varias décadas después, ya en 1215 Inocencio se siente seguro de sus resultados, hasta el punto de convocar a un Concilo Ecuménico para resguardar la ortodoxia católica. Paralelamente, la Cruzada Albigense le da un poderoso impulso a Francia, al permitírsele la anexión de la región del Languedoc.
El Concilio de Letrán    

A poco tiempo de culminar su vida y su pontificado, en 1215 convocó al IV Concilio de Letrán, uno de los más importantes de la época, en el cual se trataron temas políticos y en especial se dictaron deberes y derechos para prácticamente todas las clases sociales. Destaca la “Omnis Utriusque Sexus", en el que se obliga a todos los adultos cristianos a recibir al menos una vez al año los sacramentos de la confesión y la eucaristía.

Así también, el Concilio estableció las bases de la Quinta Cruzada de 1217, bajo la dirección directa de la Iglesia.

Por otra parte cabe destacar su incondicional apoyo a Santo Domingo de Guzmán, quien fundó la orden de los dominicos y a San Francisco de Asís, creador de la orden de los franciscanos y de las clarisas. De este modo fue el precursor de una importante reforma eclesiástica.

Muerte y leyenda post-mortem    

Inocencio se trasladó al norte de Italia en un intento de conciliar a las ciudades portuarias de Pisa y Génova, a través de la eliminación de la excomunión que pesaba sobre Pisa, hecha por su predecesor Celestino III, y la realización de un pacto con Génova, para motivar las relaciones religiosas y comerciales.

El papa Inocencio tuvo durante su pontificado como médico personal a Giovanni di Castellomata, de la Escuela de Salerno, siendo el primer médico de un pontífice documentado en los archivos históricos.
Inocencio III murió repentinamente en Perugia, el 16 de julio de 1216. Tenía 55 años de edad; y fue sucedido por el cardenal Censio Savelli, que tomó el nombre de Honorio III. Fue enterrado en la catedral de Perugia, en donde su tumba fue profanada la noche siguiente y su cuerpo despojado de sus vestiduras preciosas. Su cuerpo permaneció en esta catedral hasta que el papa León XIII (que fue durante muchos años arzobispo de Perugia) lo trasladó a la Archibasílica de San Juan de Letrán (que es la catedral de Roma), en diciembre de 1891. En la catedral de Perugia todavía se puede ver marcado el lugar en donde se encontraba la primigenia tumba del Papa. Los restos de Inocencio III fueron colocados en un mausoleo digno de Letrán en el lado izquierdo de la nave transversal. En el mausoleo de mármol figura una estatua yacente del Papa coronado con la tiara y vestido con los hábitos papales, recostado sobre un lecho. En la parte superior se encuentran tres relieves: Cristo (el central), y a los laterales se encuentran San Francisco de Asís (derecha) y Santo Domingo de Guzmán (izquierda). Estos fueron los dos grandes santos fundadores cuyas órdenes religiosas fueron aceptadas en la Iglesia católica por mandato de Inocencio III: la Orden Franciscana y la Orden Dominica.

Según la historia de la vida de Santa Lutgarda, a Inocencio III se le apareció cuando ésta se hallaba a punto de expirar en su monasterio de Aywieres. Envuelto en llamas, le declaró: "Yo soy el Papa Inocencio"; luego le dijo hallarse en el Purgatorio por tres faltas que había cometido durante su vida terrenal. Inocencio le preguntó a Santa Lutgarda si podría orar por él, diciendo: "¡Ay! Es terrible, y mi pena tendrá una duración de siglos si vos no venís en mi ayuda. En el nombre de María, que ha obtenido para mí el favor de poder recurrir a vos, ayudadme!". En ese momento desapareció y Santa Lutgarda informó a sus hermanas de lo que había visto.

Las profecías apócrifas de San Malaquías de Irlanda se refieren a este papa como Comes signatus (Conde Signado), cita que hace referencia a su familia, los condes de Segni.

Obras

Entre sus obras en latín se incluyen:

. - De Miseria Humanae Conditionis: un tratado sobre el ascetismo, escrito por Inocencio antes de convertirse en Papa.

. - De Sacro Altaris Mysterio: una descripción y exégesis de la liturgia.

. - Constitutiones Concilii quarti lateranensis



Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf
Grupo en Facebook

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo más visto