Papa n.º 197 de la Iglesia católica de 1334 a 1342 tercer papa del pontificado de Aviñón.
PRIMERA PARTE DE LA INFORMACIÓN
Origen y formación
De nombre Jacques Fournier, hijo de la modesta familia de un panadero, ingresó como monje cisterciense en el monasterio de Boulbonne, desde donde se trasladó a la abadía de Fontfroide, cuyo abad, Arnaldo Nouvel, era tío suyo. Este lo envió a estudiar Teología a París.
Carrera eclesiástica
Tras finalizar en 1310 sus estudios, Jacques Fournier sucede a su tío como abad en Fontfroide, donde permanecerá hasta que en 1317 es nombrado obispo de Pamiers, cargo en el que destacará como perseguidor eficiente pero moderado de los herejes cátaros.
En 1326 pasa a ser obispo de Mirepoix y al año siguiente es nombrado cardenal por el Papa Juan XXII, recibiendo el apodo de "El cardenal blanco" al conservar el hábito de la orden cisterciense.
Papado
El cardenal Fournier fue elegido papa el 20 de diciembre de 1334. Se dice que al conocer el resultado gritó a los cardenales "Han elegido a un asno". Fue coronado el 8 de enero de 1335.
Conflicto con Luis IV de Baviera
El primer problema que tuvo como pontífice, heredado por su predecesor, fue el conflicto con el emperador Luis IV de Baviera. Se suponía que este pontificado debería colocar fin al mismo, pero la amistad casi sumisa de Benedicto con el rey Felipe VI de Francia y Roberto de Nápoles agudizó el problema. Hubo una gran reacción de parte de los obispos de Alemania, quienes firmaron una carta colectiva pidiendo la reconciliación. Sin embargo los príncipes electores del emperador juraron una liga perpetua en defensa de los derechos y el honor del imperio, y el 16 de julio de 1338, proclamaron en Rense que el emperador no tenía ninguna necesidad de ser confirmado por el Papa para poder gobernar en su territorio.
La situación se agrava el 10 de febrero de 1342, cuando el emperador Luis pretendiendo casar a su hijo Luis, marqués de Brandeburgo, con su prima Margarita Maultasch, condesa del Tirolo, anuló, por propia autoridad, el matrimonio anterior de ésta con el príncipe Juan Enrique de Bohemia, atentando directamente contra un derecho del Papa, puesto que era solo al pontífice romano competía tal responsabilidad.
Otras obras y fallecimiento
En un principio quiso volver a fijar la sede pontificia en Roma, pero la conflictiva situación en que se hallaba inmersa la península italiana le hizo mantener la sede en Aviñón, donde comenzó la construcción del Palacio de los papas.
Promulgó el 29 de enero de 1336 la bula Benedictus Deus en la que fijó oficialmente la doctrina católica sobre la visión beatífica, según la cual los fallecidos en gracia de Dios gozan de su visión hasta el Juicio Final.
Durante su pontificado combatió la simonía y el nepotismo, intentó reformar las órdenes monásticas y mendicantes, combatió y condenó a los fraticelos el 28 de noviembre de 1336; y trató de solucionar el Cisma de Oriente y Occidente.
El Papa Benedicto XII falleció en Aviñón el 25 de abril de 1342 y fue enterrado en la catedral de Notre Dame des Doms.
Benedicto XII en la literatura
Las profecías de San Malaquías se refieren a este papa como Abbas frigidus (El abad frío), cita que hace referencia a que antes de ser elegido pontífice fue abad del Monasterio de Fontfroide (Fuente fría).
Umberto Eco en su libro El nombre de la rosa nombra dos veces a Jacques Fournier:
"¿Y no cuenta mi venerable colega Jacques Fournier que en el lecho de muerte del inquisidor Godofredo de Carcassone aparecieron dos gatos negros que no eran sino dos demonios que deseaban hacer befa de aquellos ojos?"
"He oído decir que Bernardo tendrá que encontrarse con su colega Jacques Fournier (recuerda este nombre; por ahora quema albigenses, pero apunta más alto), y una hermosa bruja sobre un montón de leña servirá muy bien para acrecentar el prestigio y la fama de ambos..."
SEGUNDA PARTE DE LA INFORMACIÓN
Jacques Fournier, nació un 25 de abril de 1285 en Saverdum (Languedoc-Francia) hijo de un humilde panadero de Cahors llamado Jacobo Fournier. Ingresa en la orden cisterciense en el Monasterio de Boulbonne (Cintegabelle-Occitania) siendo trasladado a la abadía de Fontfroide, su tío lo envía a París ingresando en la Universidad de Teología, tras acabar los estudios fue nombrado en 1317 obispo de Pamiers y posteriormente en 1326 se traslada al obispado de Mirepoix .
No es hasta el 20 de septiembre del 1334 cuando es elegido papa por la curia romana, con el nombre de Benedicto XII (1334-1342) estableciendo su papado en el castillo de Aviñón (Palacio de los Papas) y siendo el tercer pontífice en dicha ciudad francesa. Muy vinculado por tanto a los monarcas franceses en la prosecución de sus particulares políticas.
La política de Benedicto XII, como vemos, fue muy mediatizada por el rey de Francia Felipe VI (El Afortunado) 1293-1350, prueba de ello es el no permitirle hacer las paces con Luis de Babiera, al que impidió anteriormente el reconocimiento como emperador.
Por este motivo los príncipes alemanes se coaligaron en Rense contra Benedicto XII, por medio del manifiesto del 16 de julio de 1338.
Quiso reformar la Iglesia sin conseguir sus propósitos, tampoco pudo evitar la “ Guerra de los Cien Años ”. Luchó para la unidad religiosa, con la intención de que los griegos ortodoxos formaran parte de los católicos, pero el hecho de estar lejos de Roma le reportó varias de las citadas frustraciones, a pesar de sus buenos propósitos.
Una cosa era evidente, los fracasos de Benedicto XII como papa eran la consecuencia de su aislamiento en el forzado retiro papal de Aviñón, a expensas del rey de Francia Felipe VI. Es preciso no obstante, establecer una dicotomía bien diferenciada en sus actuaciones entre el solio pontificio y su situación como inquisidor del Santo Oficio en fecha anterior al año 1334, a partir de la cual fue investido papa. Siendo esta primera etapa mucho más fructífera en lo referente a la constitución de un tribunal, para la persecución e investigación de la herejía llamada cátara (aunque tuviera distintas afecciones) distinguiéndose el futuro papa, Jaques Fournier, en lo concerniente a su rigor como investigador y recto ejecutante de su tribunal, cuyos procesos inquisitoriales han sido estudiados por el especialista actual, Jean Duvernoy .
Muestra de sus estrictos encausamientos, la tenemos en la apreciación que observó Fournier respecto al coto impositivo del papa Clemente V (1305-1314) sobre el no consentir abusos de los inquisidores hacia los herejes inculpados, ayudándole en sus cuidadas actuaciones por el dominico Jean de Pomiés. Uno de los problemas que asumió Fournier fue el caso Pierre Clerque, el cual estuvo jugando a dos bandas como creyente cátaro, pero al mismo tiempo simpatizante católico. Hoy en día lo definiríamos, eufemísticamente, como un agente doble, aceptando sobornos en la acusación de miembros cátaros y arrastrando con ello varios asesinatos y mutilaciones, de los que fue cómplice, a fin de acallar sus maquinaciones delatoras hasta que Jaques de Fournier intervino ante tanto desmán, deteniendo a Clerque y confinándolo en un calabozo, donde murió el año 1321.
Jaques Fournier, mantuvo sus procesos inquisitoriales hasta la primera mitad del siglo XIV, ya cuando el catarismo, a causa de las intensas persecuciones de la cruzada católica, se encontraba en franca derrota y el consiguiente desperdigamiento de sus Buenos Hombres. Fournier tuvo mucho que ver en la captura del último Perfecto del Languedoc , Guillem Belibaster, huido a España y afincado en Cardona, siendo conducido con engaño hasta el castillo de Villerouge-Termenès en 1321, donde fue quemado.
Fournier consideraba en aquellos momentos a la “endura" de los cátaros, como un suicidio voluntario, lo que para el catolicismo supone grave pecado condenatorio. Existe sobre este tema un curioso acontecimiento descrito por la historiadora actual María Sira Carrasquer Pedrós (Monja cisterciense) en la época mozárabe del año 852. Se desarrolló una especie de reunión sinodal convocada por el obispo de Sevilla Recafredo bajo el reinado de Abderramán II (792-852), o sea, en plena ocupación musulmana de Andalucía. En este sínodo quiso condenar a todo aquel cristiano que pudiese provocar su martirio por exaltación religiosa frente a la autoridad califal, considerando tal hecho como un suicidio, condenado por la religión cristiana de Roma. Oponiéndose a tal condena el obispo de Córdoba Saúl, siendo encarcelado junto con san Eulogio , al estar de su parte. Resultó ser una sentencia ambigua y contradictoria, por cuanto descalificaba a todo aquel mártir que con anterioridad había sufrido martirio, por afianzarse en su fe. Toda vez si que, ciertamente entre la comunidad cristiana hubo algún amago al exponerse voluntariamente a recibir martirio con visos de fanatismo. Contrastaba todo ello y con cierta similitud comparándolo con la “Endura" de los cátaros, aun así fue tan solo una práctica muy excepcional y extrema, producida hacia las postrimerías de la herejía cátara del Languedoc .
Bernard Delicieux de los Orden de San Francisco, influenciado por el catarismo, fomentó algunas importantes rebeliones en Carcassona y Limoux en 1313, a causa de los abusos de la Inquisición, siendo encarcelado por ello. Nuevamente a Bernard se le acusó del intento de envenenamiento del papa, interviniendo tanto Jaques Fournier como el obispo de Saint-Papoul (Aude) pero sin tener en cuenta la segunda acusación. Aun así, a Bernard Delicieux se le expulsó de la Orden y fue condenado a confinamiento perpetuo en 1318, muriendo el año 1320.
Fournier aunque ejerció sus investigaciones y condenas por medio de su tribunal en la región del Languedoc, también operó tanto en Italia como en Bosnia, ya en ocasión de su elección como papa.
Las condenas efectuadas tanto de Jaques Fournier como por parte de otros inquisidores de su época, son mencionadas en una serie de documentos de la Inquisición, que han podido ser rescatados de su destrucción, y a pesar de que Fournier escribió varios volúmenes sobre sus investigaciones, el 2º de ellos no ha llegado hasta nosotros.
Se evalúan los casos llevados por los tribunales de estos inquisidores, calculándose entre los años 1308 y 1309 donde unos 300 a 400 creyentes y simpatizantes cátaros fueron sentenciados.
Jaques Fournier , murió en el Palacio de los Papas de Aviñó un 2 de abril del año 1342.
Fuentes: Wikipedia, loscataros.com, Afm Elierf
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